Las células madre mesenquimales ralentizan y frenan el desarrollo de la Esclerosis Lateral Amiotrófica
La Esclerosis lateral amiotrófica es una enfermedad neurodegenerativa de las neuronas motoras. Su origen puede ser hereditario, o incluso por mutaciones genéticas espontáneas. La principal característica común en todos los pacientes de esta enfermedad es la presencia de agregados de proteínas marcadas con ubiquitina (una pequeña molécula que actúa en el proceso de la degradación de proteínas destinadas a ser destruidas) en los nervios motores espinales y bulbares. En su fase latente las neuronas motoras sufren una degradación gradual. Cuando el número de neuronas cae por debajo del nivel crítico, aparecen los síntomas clínicos.
La ELA suele ser diagnosticada un año después de la aparición de los primeros síntomas. La fase clínica de la enfermedad empieza por el debilitamiento y atrofia de las extremidades (atrofia de los músculos), que se transforma en una parálisis y dificultad para tragar. Casi el 50% de los pacientes con ELA muestra también síntomas de demencia frontotemporal, caracterizada por trastornos del habla y de personalidad, conductas antisociales, falta de higiene y cambios de personalidad y humor.
El Grupo FamiCord publicó un estudio en el que 67 pacientes con Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) fueron tratados con células madre mesenquimales derivadas de la Gelatina de Wharthon del cordón umbilical y pudieron comprobar que el tiempo medio de supervivencia se duplicó en el grupo tratado. Sin embargo los resultados demostraron que la administración de células madre mesenquimales ralentizan y frenan el desarrollo de la enfermedad. Incluso pueden llegar a mejorar todas aquellas zonas que fueron dañadas previamente antes de su aplicación.
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